El festejo por los 200 años de la Revolución de Mayo quedará eternamente grabado en la memoria colectiva de nuestro distrito, gracias a múltiples actividades culturales, deportivas y sociales organizadas por el Municipio entre el 21 y el 25 de mayo. La celebración finalizará el próximo sábado 29 de mayo, con un recital de Horacio Guarany en el barrio San Ambrosio.
Una fiesta. Con todas las letras. Porque las actividades programadas fueron un éxito total y porque el clima, a pesar de todo, permitió realizarlas. Porque Zamba Quipildor se lució con una interpretación excepcional de la Misa Criolla, 1200 bailarines mostraron su destreza en el tradicional pericón y Jairo descolló con su presentación en Bella Vista. Y, sobre todo, porque esta vez las estrellas fueron todos los sanmiguelinos que salieron masivamente a las calles, con sus banderas celestes y blancas y muchísimas ganas de sentirse parte de un festejo único.
La semana de festejos comenzó en San Miguel el viernes 21, alrededor de las 18:30, donde alumnos de algunas escuelas del distrito le cantaron a la Patria. Sobre el imponente escenario móvil municipal, que fue ubicado en la esquina de Belgrano y Sarmiento, chicos y chicas del Instituto Ángel D´elía y San Alfonso interpretaron temas como “Tren del cielo” (popularizada por Soledad Pastorutti) y “Tierra querida”, de Atahualpa Yupanqui.
Luego, la misa criolla, obra de Ariel Ramírez, estuvo a cargo del célebre folklorista jujeño Zamba Quipildor. El repertorio de canciones eclesiásticas, llevadas al clásico folklore, transitó temas como “Ten piedad”, “Gloria”, “Credo” y “Santo”. Luego de agradecer al Intendente, Joaquín de la Torre y al Director de Cultura, Fernando Córdoba, pidió por la pronta recuperación de Carlos Torre Vila y le dedicó la segunda parte de “Gloria” al suegro de Joaquín. Cuando todo parecía terminar, agregó temas “para que canten todos”, dijo Zamba. Así, el “Carnavalito” y la “Zamba de mi esperanza” sonaron en la noche sanmiguelina, mientras las más de 2000 personas que estaban presentes aplaudían a rabiar y hacían flamear sus banderitas argentinas.
Deportes y pericón el 22
Desde las 10 de la mañana, el Corredor Aeróbico de la avenida Francia fue escenario de la maratón de la tercera edad. Miembros de distintos centros de jubilados realizaron una caminata desde la estación Muñiz hasta el club Bella Vista, un trayecto de dos kilómetros y medio. Fueron acompañados por el personal de la Dirección de Deportes local y, a los abuelos que no podían caminar, una combi municipal los llevó a destino. Otros hicieron un tramo más corto de caminata.
A pesar del día nublado, más de 100 abuelos concurrieron a la caminata en homenaje a la patria. Joaquín los acompañó en el recorrido, que estuvo lleno de cánticos y, más de una vez, el tren de la línea San Martín sonó su bocina para saludar a los caminantes.
Al llegar al club Bella Vista, los recibieron con chocolatada, galletitas, empanadas y choripanes. Además, se les ofreció música, baile y un show musical.
Para la tarde, se realizó una exhibición deportiva, a cargo de los clubes del distrito en la plaza central de San Miguel. Desde taekwondo hasta gimnasia con bicicleta fija y desde kickboxing hasta reggaetón, fueron las disciplinas que se mostraron.
A las cinco de la tarde, sobre la avenida Perón entre Balbín y Charlone, 1000 bailarines participaron del gran pericón nacional con el acompañamiento musical de la banda de la Gendarmería Nacional.
La lluvia no pudo
El domingo 23 la llovizna creciente impidió que la celebración de Santa Rita, en el barrio Sarmiento, se hiciera en la calle, tal como estaba previsto. Sin embargo, el festejo no se suspendió, sino que se trasladó al interior de la capilla del barrio, donde algunos conjuntos folklóricos locales entretuvieron a los vecinos que se acercaron al lugar.
El lunes 24, en tanto, llegó el turno de la reinauguración del Museo Histórico Municipal, luego de más de dos años en los que estuvo cerrado por falta de sede. Su nueva ubicación, en la vieja estación General Sarmiento del ferrocarril Urquiza, pone una vez más la historia del distrito cerca de la gente. Su director, Julio Ghío, manifestó en el concurrido acto de apertura que el museo apuntará no solamente a exhibir la colección permanente propia, sino también muestras itinerantes de otras instituciones. Joaquín agregó que “el aporte de los vecinos será fundamental para enriquecer este lugar. El museo es de todo el pueblo de San Miguel, y está abierto a recibir objetos que cuenten la historia de nuestro distrito”.
Por la noche, cuando ya se habían juntado un par de centenares de personas en la plaza De las Carretas, la lluvia volvió a decir presente y obligó a suspender el festival y el fogón de vigilia del Bicentenario que se habían preparado especialmente. El cielo cubierto preanunciaba una mañana complicada para el día siguiente. Sin embargo…
Asomó el sol del 25
Finalmente, el sol que se había negado los dos días anteriores, llegó para conmemorar los 200 años de la Revolución de Mayo. La lluvia y las nubes negras mutaron a un cielo despejado, celeste y blanco, vestido para la ocasión.
A las nueve de la mañana, la plaza Mitre se vio invadida de gente para presenciar el izamiento de la bandera oficial de la Nación. Con los abanderados de los diversos colegios del distrito elevando la insignia patria hacia el cielo y el himno nacional sonando con fuerza, el Intendente, Joaquín de la Torre, izó la enseña patria junto al concejal y ex intendente Aldo Rico, mientras que el Secretario de Gobierno, Alfonso Coll Areco, hizo lo propio con la bandera bonaerense junto al diputado provincial Franco La Porta. Además, el acto contó con la presencia del Intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino.
Joaquín se dirigió a todos los vecinos presentes. Agradeció a Dios “por este día fantástico que confirma el día del Bicentenario. En ese momento, Dios estuvo con los revolucionarios y hoy está con nosotros”. Destacó: “Tenemos el desafío de pasar del sentimiento a la virtud. En estos días nos sentimos más argentinos, con el pecho inflado y orgullosos de nuestra bandera, pero hay que pasar a la acción. El desafío es parecernos más a los revolucionarios de mayo. De nada sirve todo esto si no estamos en condiciones de imitarlos”.
Luego se realizó el solemne tedeum en la Catedral de San Miguel, como es costumbre desde la primera junta de gobierno. Más tarde, el desfile cívico-militar se llevó a cabo en la avenida Perón, entre Irigoin y Sargento Cabral, donde desfilaron dotaciones de las Fuerzas Armadas, la Policía Bonaerense, los Bomberos Voluntarios y las instituciones educativas, deportivas y culturales del distrito: escuelas públicas y privadas, clubes, centros culturales, centros de jubilados, asociaciones de scouts y agrupaciones tradicionalistas gauchescas. En total, pasaron delante del palco oficial cerca de 2000 personas, que fueron aplaudidas por unos 24.000 vecinos del distrito, repartidos a lo largo de seis cuadras, entre las calles España y Sargento Cabral.
Como broche de oro, el escenario móvil fue desplazado hacia la avenida San Martín y Reconquista, en Bella Vista, donde se presentó uno de los mejores cantantes populares del país: Jairo. Como teloneros estuvieron el grupo El Arrope, Belén Mendieta y Trascendencia. El célebre trovador interpretó sus grandes éxitos y algunos temas de su nuevo disco: “Los enamorados”. Desde un costado del escenario, mientras los músicos comenzaban a tocar, el cantante entró en escena con su sonrisa de par en par, pose erguida y alegría sin fin. “Hace mucho que lo se, me encanta esta hora del día”, fue una de las frases que resonaron en su primera canción. En tercer lugar, el clásico “Duerme negrito” ocasionó múltiples aplausos. Jairo se mostró muy feliz por esta “manifestación espontánea de vivir este jubileo”, refiriéndose al Bicentenario, y sostuvo: “La gente quiere vivir en paz cuando se manifiesta por algo que ama profundamente”. Homenajeó a Atahualpa y aseguró: “Así era Yupanqui, capaz de cantar una nana para que duerma un niño o crear una canción festiva para un pequeño pueblo”.
Presentó el tema que le da nombre a su nuevo disco, a los que acompañó con otra melodía debutante como “Carpintería José” y un tema dedicado a su hija menor. Todo San Miguel se rompió las manos aplaudiendo a Jairo que, mientras presentaba a sus músicos, tocó un popurrí de temas de manera individual con cada uno de ellos.
Con “Morir enamorado” parecía cerrar el show. Abandonó el escenario y la banda siguió tocando. Luego, volvió a subir para saludar. Agradeció a Joaquín de la Torre y al Director de Cultura local, Fernando Córdoba, y expresó: “Que les vaya muy bien, pero, sobre todo, que sean muy felices”, e interpretó “Ave María” en francés y castellano.
Finalmente, Joaquín subió al escenario a saludar a Jairo y le pidió que cantase el himno. El cantante accedió sin problemas y manifestó: “Ojalá que estas cosas nos sirvan para reflexionar qué hicimos bien y qué hicimos mal en estos 200 años”. Con su notable interpretación de la canción patria, a más de uno se le escapó una lágrima de emoción. El mejor cierre para cinco días inolvidables.
